De izquierda a derecha, Francisco Bote, Teresa Biagi e Ignacio Chato. | PdE
Cumpliendo con la Ley de Memoria Histórica Sadí de Buen Lozano sustituye a la que ha sido hasta entonces calle Calvo Sotelo.
El pasado viernes, se celebró en Navalmoral de la Mata un emotivo acto para inaugurar la Calle Sadí de Buen Lozano, rindiendo así homenaje a un destacado médico y científico español que dejó un impacto indeleble en la lucha contra la malaria en España.
La ceremonia de inauguración contó con la presencia de Teresa Biagi de Buen, nieta del homenajeado, quien tuvo el honor de descubrir la placa conmemorativa junto al alcalde de Navalmoral, Enrique Hueso.
Este evento, marcado por la emotividad y la importancia histórica, se llevó a cabo en la misma localidad donde Sadí de Buen Lozano fundó el Instituto Antipalúdico en 1924, en el edificio que hoy alberga los juzgados locales.
Cumpliendo con la Ley de Memoria Histórica, la calle Sadí de Buen Lozano recupera el nombre que ya tuvo en su día, sustituyendo a la calle Calvo Sotelo.
Sadí de Buen Lozano, nacido en 1893 en Barcelona, fue un médico y científico especializado en parasitología que tuvo un papel crucial en el estudio y la erradicación de la malaria en España. Su legado científico ha comenzado a recibir el reconocimiento que merece en años recientes.
Formado en parasitología médica junto a Gustavo Pittaluga Fattorini, Sadí dedicó su vida al estudio de protozoosis y su transmisión por vectores artrópodos. Su enfoque práctico para la erradicación de enfermedades lo llevó a dirigir dispensarios antipalúdicos y fundar el Instituto Antipalúdico de Navalmoral de la Mata en 1924.
Durante su carrera, Sadí de Buen introdujo en Europa la especie americana de pez carnívoro Gambusia affinis, un método innovador para controlar la propagación de mosquitos portadores de malaria. Asimismo, contribuyó al estudio de la lepra y la leishmaniasis, describiendo nuevas especies de flebotómidos.
Uno de sus logros más significativos fue la identificación de la bacteria Borrelia hispanica, causante de la fiebre recurrente española, y su vector, Ornithodoros erraticus, en el campo de la borreliosis.
A pesar de sus contribuciones fundamentales, la vida de Sadí de Buen Lozano fue truncada durante la Guerra Civil Española, siendo fusilado en septiembre de 1936. Su desaparición tuvo un impacto significativo en Europa, y aunque la organización antipalúdica que contribuyó a construir desapareció con la guerra, su legado perdura en la memoria de Navalmoral de la Mata y de toda España.
La presencia de Teresa Biagi de Buen en la inauguración, acompañada de los profesores Ignacio Chato y Francisco Bote, resalta la importancia de mantener viva la memoria de Sadí de Buen y su valioso legado científico. Ambos profesores, historiador y biólogo respectivamente, en colaboración con la Fundación Concha, han organizado una exposición sobre la Malaria en las Escuelas del Rollo de la Fundación, donde se puede explorar la historia de la lucha contra esta enfermedad.
La calle Sadí de Buen Lozano no solo es un tributo merecido a un pionero en la investigación médica, sino también un recordatorio de la importancia de la ciencia en la mejora de la salud pública. La comunidad de Navalmoral de la Mata celebra y agradece el legado de este ilustre científico que dedicó su vida a combatir una enfermedad que afectó a tantos.
En el vídeo a continuación algunos fragmentos del evento.